El presidente argentino, Javier Miley, ofreció este lunes un concierto de rock para celebrar y promocionar su nuevo libro, «Haciendo un milagro: el caso argentino». Miley espera que el libro le brinde el apoyo que necesita antes de las elecciones nacionales de mitad de período del 26 de octubre.
Las fotos que muestran a Miley vistiendo un traje de cuero negro de su concierto se han vuelto virales en las redes sociales.
Vale la pena señalar que el libro de Miley es un tomo de 573 páginas que incluye la mayoría de sus discursos del año pasado, y se publica en momentos en que atraviesa el período más intenso de su presidencia, que dura casi dos años. Tanto Miley como su partido esperan aumentar su número de escaños en las próximas elecciones nacionales de mitad de período.
El mes pasado, se vio obligado a solicitar asistencia financiera de Estados Unidos mientras Argentina continúa esperando un rescate para detener la caída del peso argentino. La caída de la moneda comenzó después de que surgieran dudas sobre sus planes de reforma tras la importante derrota electoral en Buenos Aires.
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La semana pasada, el Congreso anuló su veto al aumento de la financiación para las universidades públicas y el cuidado infantil de emergencia, poniendo en peligro su estricto objetivo de déficit cero. Luego, el domingo, uno de sus principales candidatos a las elecciones de mitad de mandato abandonó la carrera tras ser vinculado con presuntos narcotraficantes.
Con el concierto de rock, el presidente argentino espera revivir la energía de estrella del rock que marcó su ascenso durante la campaña presidencial de 2023.
Miley, envuelta en la bandera argentina azul y blanca, cantó con su voz ronca alrededor de una docena de canciones de rock de músicos argentinos y presentó a su banda, Banda Presidencial.
También condenó el reciente ataque antisemita contra una mujer y su hijo en Buenos Aires. «No toleraremos la xenofobia que la izquierda está tratando de establecer», dijo Miley.
Luego interpretó la canción popular judía «Hava Nagila» y pidió al público en el estadio de 15.000 asientos que se uniera a ella, aunque la respuesta fue silenciosa.
Pero el público se puso de pie y aplaudió cuando una gran pantalla mostró fotografías del presidente estadounidense Donald Trump y del activista conservador asesinado Charlie Kirk.
Con aportes de agencias
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